Una vez hospedado en ese hotel, no era un 5 estrellas pero era cómodo, no dejaba de pensar...
Que hago aquí, ya ví que efectivamente hay un Congreso de psicoterapeutas, será que venga o solamente sufriré de una burla más de esta vida, que puedo esperar de esto, caray, cuantas cosas rondan por mi cabeza, bajaré al bar y me tomaré una copa mientras llega el momento...
En el momento que ya se disponía a salir sonó el teléfono de la habitación...
Hola guapo....
Hola, pero como supiste el número de mi habitación, me registré con mi nombre, aunque quise poner mi nick...
Pues es sencillo, solamente pregunté si estaba hospedado ya el reportero que iba a cubrir el evento, y al consultar la recepcionista me dijo que efectivamente había un señor que puso en el espacio donde dice empresa, reportero editorial, y pues imaginé que eras tú.
Y en que habitación estás?
Dos pisos arriba de la tuya, pero que te parece si nos vemos en la piscina del hotel, bajo en 20 minutos, pide algo, yo invito.
Bueno, de todas formas estaba por irme al bar, está bien, te espero en la piscina.
Al bajar y salir al espacio de la piscina, vió que había algunas mesas alrededor, algunas estaban desocupadas, se colocó en una donde pudiera avistar la salida del hotel, se puso cómodo y le ordenó a la mesera un ron con refresco de cola.
Pasaban los minutos, sentía que extremadamente lentos, estuvo observando todo pero sin prestar mucha atención, gente que entraba, salía, niños correteando alrededor de la alberca, chapotendo, riendo, y ella no aparecía por esa puerta, o tal vez si?, como saberlo si ni siquiera la conocía, dio un vistazo con más detenimiento y no vió a una mujer sola...
De repente por esa puerta vió que salió, estaba seguro de que era ella, su corazón latía cada vez más rápido, que hermosa, pensó, ella no podía verlo aún, una gran ventaja, eso le dió tiempo para observarla con mucho detenimiento, y se fue a sentar en una de las mesas que estaban al otro extremo, se acomodó con mucha calma, abrió su bolso, sacó un espejo, se analizó, sacó su lápiz labial, en eso un mesero se le acercó y le peguntó algo, ella le pidió algo, de repente sus miradas se encontraron, le sonrió y él sintió que le sudaba todo el cuerpo pero su nerviosismo se acrecentó cuando ella solamente movió la mano invitándolo a que se acercara, le dijo a la mesera que le llevara su copa para esa mesa, así lo hizo, a fin de cuentas se controló y caminó no muy rápido hacia ella....
miércoles, 31 de marzo de 2010
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