El primer auto, la AUTOSUFICIENCIA, es aparentemente el más lujoso de todos; reluce por todos los lados. Su combustible es la soberbia, y cuando se desliza por las calles no respeta a vehículos ni a peatones. Anda sin frenos, pero con la bocina a todo volumen. La autosuficiencia es sinónimo de egoísmo.
La tendencia a abusar del yo es una costumbre muy conocida en la historia de la humanidad, especialmente en nuestros días. El pronombre personal yo, viene del pronombre latino EGO, de donde se derivan vocablos como egoísmo e idolatría.
El segundo vehículo, la AUTOCOMPASIÓN, es destartalado y lúgubre, y aunque tiene los cambios necesarios para correr, sólo usa la reversa (marcha atrás). Su pobre conductor es víctima de los complejos, los prejuicios y la discriminación social. Piensa que el mundo lo persigue, que nadie lo quiere y que es tan sólo un estorbo entre el montón.
Su dueño se la pasa comparando su vida con la de otros, sin darse cuenta de que tal método es dañino e infructuoso. Cuando compara su vida con personas inferiores siente una satisfacción pervertida que no lo lleva a ningún lado; y cuando la compara con personas superiores se siente descontento, envidioso y malhumorado. La autocompasión es capaz de arrastrar a la persona a la ruina, al fracaso y hasta a la muerte. La única solución que encuentran muchos de los que sufren de autocompasión es el suicidio.
La autocompasión es una enfermedad que sólo la fuerza de Voluntad logra curar.
El tercer automóvil, la AUTOESTIMA, es lujoso por dentro y por fuera. Este vehículo conduce a su dueño a su meta deseada. El conductor conoce su funcionamiento y lo cuida con esmero. La autoestima es el producto de esa auto imagen que lleva a su dueño a una feliz autorrealización, porque se conoce a sí mismo, conoce al prójimo y deposita su confianza en Dios.
La persona que se conoce a sí misma, la que tiene autoestima, posee nobles ideales, conduce su carro a las estrellas y realiza las cosas de la mejor manera posible. Se pone metas constantemente y hace todo por cumplirlas, no se queja y no culpa a los demás de su fracaso, mira los retos como oportunidades para el crecimiento, siempre está atento a los cambios y lucha por participar en ellos, es soñador y visionario, pues piensa que un sueño con metas es la autorrealización. Una persona con autoestima se preocupa por su crecimiento personal, lee y participa de eventos de Superación Personal, invierte en su mente que es el único tesoro que permitirá llenar los bolsillos con grandes ideas, es un líder inspirador para otros, es un ser especial y humilde, sociable, generoso y comunicativo, mueve masas con su fe de que en la vida se puede llegar a donde se quiere y piensa que el cielo es el limite, una persona con autoestima no analiza las oportunidades, las ejecutas y las hace su herramienta diaria participando en ella, es parte de la historia porque una persona con suficiente autoestima escribe su historia en las paginas de la vida para que otros la lean y lo sigan, deja huellas trascendentales y un legado de esperanza. Una persona con autoestima 'jamás se conforma' y se convierte en lo que siempre ha soñado ser sin importar cual difícil sea el camino. Tú puedes decidir ser una persona con autoestima y empezar a creer en ti, en que tú eres el causante de tu propio éxito o fracaso, solo es una decisión personal que puede cambiar tu vida.
viernes, 4 de julio de 2008
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