Hoy puedo quejarme de que el día está lluvioso, o puedo darle las gracias a Dios porque las plantas se están regando con el agua de la lluvia.
Hoy puedo quejarme por mi mala salud, o puedo regocijarme de que estoy viva.
Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo, o puedo sentirme agradecida de que me permitieran haber nacido.
Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas, o puedo celebrar que las espinas tienen rosas.
Hoy puedo auto compadecerme por no tener muchos amigos, o puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descrubrir nuevas relaciones.
Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar, o puedo gritar de alegría porque tengo trabajo.
Hoy puedo murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar, o puedo sentirme honrada porque tengo un hogar y una familia a quien atender.
El día de hoy se presenta ante mí, esperando que yo le dé forma, lo que suceda hoy dependerá de mí, debo escoger que tipo de día voy a tener.
Debo vivir mi vida con los pies bien puestos en la tierra, pero con los ojos y el corazón bien puestos en el cielo, agradeciendo a Dios por cada día vivido y por cada experiencia atesorada.
Nota: Este pensamiento fue escrito hace algunos años por mi sobrina Gisselle cuando ella se encontraba bastante delicada de salud.
Este y otros escritos ella los subió a la red y ahora muchos internautas se los han adjudicado como si fueran de su autoría.
1 comentario:
Felicita a tu sobrina Gisselle de nuestra parte. Y por supuesto, si lo deseas y ella también, os invitamos a que sigais publicando aquí estos bellos pensamientos.
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