Ayer avisaste que este día partirías,
te llamé pero no respondió nadie,
la sensación que en mi quedó aún no la reconozco,
aunque esto ya terminó hace algunos años,
siento que el círculo no lo había cerrado,
y hoy así como hace muchos ayeres me duele tu partida.
Muy bien sé que debes hacerlo, y lo bueno de todo esto es...
que ya no te extrañaré.
viernes, 13 de noviembre de 2009
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